





Vamos a ver; poniendo boca abajo la hucha no caen, metiendo un cuchillo tampoco, no sé cómo lo hacen en las pelis. Sólo sé que llevo toda la mañana pasando frío entre la niebla, poniendo pegatinas rancias a viejecitas y a señores con bigote que huele a puro, con carita de bueno y las manos congeladas de frío y ¿no me voy a poder llevar nada? Es injusto, yo no sé que van a hacer con el dinero. Yo también soy pobre. Pobre es el que no tiene dinero y yo no tengo un duro. ¡Ostrás! Aquel señor de la papada metió un billete de mil pelas delante de aquel grupo de señores. Los demás no se estiraron nada. Qué rancios. Pues para rancia la señora esa que llevaba una red en la cabeza. ¿Para qué será eso? Para mí que llevaba peluca. Bueno, la abro o no la abro.
Todavía recuerdo la hostia que me dio mi padre al día siguiente cuando llegué a casa.
CHON ORALLO (GENERACIÓN XXI, FEBRERO 1.999)






En unos tiempos en el que la división y la crispación política es altamente preocupante (yo es que estoy hasta las mismísimas pelotas de semejante espectáculo tercermundista) el diseñador Monsieur Lizano hace un homenaje a la tricolor republicana. Una propuesta elegante, divertida y a la par muy bonita.

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