"En casa de Juana Bayo, sueño despierto con otras ciudades, pensiones que olían a minestrone y cocido de pobre con mucha col, hostales que pisé de madrugada, paredes con desconchones como sarpullidos y cristos sacrificados en cada dormitorio, gente que conocí y quise, mujeres a las que traté pésimo, caras de niños con traje y flequillo que olvidé, discos pequeños que no cesé de bailar, clases que me salté, abrigos militares americanos con mosaicos de chapas en las solapas y capucha orlada en cola de zorro, veloces motos multicolor yendo hacia el mismo lugar, todos aqueños sueños rotos, rotos sin solución. Veo casas desde mi balcón, chimeneas y ropa al sol, y me doy cuenta de que estoy cantando sin querer una canción que me encantaba cuando era mozo, y entonces tarareo: aviones plateados, rozando los tejados, no sé de qué me quejo, soy libre ante el espejo, no salgo ahora que puedo".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Qué buen fragmento, me suelen gustar los libros de Kiko Amat, por lo que veo este también pinta bien. Una curiosidad-duda: ¿también habla de sus tiempos mozos o es más de los tiempos actuales?
Rabiosa actualidad. Plaza de Catalunya, Movimiento 15-M, Mossos d'Esquadra repartiendo leña...
No sabía que Kiko Amat fuera fan de El Último de la Fila. Hay más de una referencia a los primeros discos de Manolo García y Quimi Portet.
Sí, a mí me suena que algo decía de ellos en "Mil violines"...
Aquí otro fan de ellos, lo reconozco abiertamente.
Publicar un comentario