miércoles, 16 de abril de 2014

Bloody Miami

"- ¿Ese  es el nombre del barco... de la lancha... Hipomaníaca?
- Es una especie de chiste profesional -explicó Norman-. Habrás oído hablar de la manía depresiva, ¿no?
- Sí -lacónicamente. Eso la fastidió de verdad. ::::::Soy enfermera diplomada, y pregunta si sé lo que es la manía depresiva.::::::
- Bueno -prosiguió él-, he tenido montones de pacientes con manía depresiva, desorden bipolar, hombres, sobre todo, pero también mujeres... y aseguran que cuando están en la fase hipomaníaca, hipo significa baja ::::::, justo antes de empezar a hacer y decir locuras, sienten el éxtasis total. Todo sentimiento se amplifica. Que alguien cuenta algo remotamente gracioso, estallan en carcajadas. ¿Un poco de actividad sexual? Un orgasmo insignificante, y creen que han experimentado el kairós, la suprema y última felicidad. Tienen la sensación de que son capaces de todo y arrollan a quien intente crearles problemas. Trabajan veinte horas al día y piensan que están haciendo maravillas. Son los reyes de la carretera, y si el tío que va detrás empieza a tocar el claxon, se bajan de un salto del coche y, agitando los puños, gritan: <<¿Por qué no te metes el pito en el culo y tocas "Jingle Bells", mariconazo?>> Uno de mis pacientes me dijo que había pronunciado esa frase exactamente, y el otro tipo no se atrevió a enfrentarse a él, porque pensó que tenía que vérselas con un maníaco... ¡cosa que era la pura verdad! El mismo paciente me dijo que si pudiera embotellar la hipomanía y venderla, de la noche a la mañana se convertiría en el hombre más rico del mundo. -Indicó con un gesto el letrero de la lancha-. Y ahí tienes mi <<lancha cigarrillo>>... Hipomaníaca."

Extraído de "Bloody Miami" de Tom Wolfe. Ed. Anagrama

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