miércoles, 17 de enero de 2007

El crimen de Fago

Fago (Huesca), en pleno pirineo aragonés. Su alcalde ha sido asesinado. Apenas 17 vecinos lo habitan todo el año. Son 37 los empadronados, aunque pudieron ser más según denunciaron hace unos años sus vecinos a un conocido programa de la televisión pública. Todos los vecinos reconocen sus disputas con el alcalde, todos han discutido con él en algún momento. Como los dueños del único bar al que el alcalde les obligó a pagar una cuota mensual de 300 euros por tener una terraza con cinco mesas en la plaza. Todos tenían motivos, todos son sospechosos. Todos afirman no haberlo hecho, "del pueblo no es" afirma algún anciano vecino. En una carretera sinuosa del pirineo por la que apenas pasan dos coches hay piedras en el camino. El alcalde para su coche, se dispone a quitarlas. Perfecta emboscada, un disparo a quemarropa con una escopeta de postas mata al alcalde. Una persona sola no idea el plan. El cuerpo es despeñado por un barranco y el coche escondido en el monte bajo unas ramas secas. El cartucho de la escopeta de postas no aparece. No hay más señales, más pruebas. Aunque prohibidas la caza con postas casi todos los vecinos tienen este arma y esa munición. Al igual que en los municipios de la zona. Otro dato, el cuerpo ha sido enterrado, aunque el deseo de la familia no era tal. En unos tiempos de crisis política las directrices de un partido pueden cambiar la voluntad del difunto. Un lugar idílico, reservado, en el que el carácter afable de sus gentes convive con la mentalidad de los pueblos de alta montaña, donde quizá la mejor solución ante un problema es una escopeta de caza. Perfecto argumento para una película ¿verdad?. ¿Alguna apuesta de cineasta que lo lleve a la gran pantalla? Mi voto va para Carlos Saura.

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