jueves, 18 de marzo de 2010

Ordeno Y Mando

"- Si un invitado muere repentinamente en su casa, sobre todo no avise a la policía. Llame a un taxi y pídale que les lleve, a usted y a ese amigo que se siente indispuesto, al hospital. El fallecimiento no será certificado hasta llegar a urgencias y de ese modo podrá demostrar, con la ayuda de testigos, que el individuo en cuestión murió por el camino. Gracias a lo cual, le dejarán en paz.
- Por lo que a mí respecta, nunca se me ocurriría llamar a la policía, sino a un médico.
- Da lo mismo. Están conchabados. Si alguien a quién no está demasiado unido sufre un ataque cardiaco en su domicilio, usted será el primer sospechoso.

- ¿Sospechoso de qué, si es un ataque cardiaco?
- Mientras no se demuestre que ha sido un ataque cardiaco, su apartamento será considerado el escenario de un crimen. Y no puede tocar nada. Las autoridades ocupan su domicilio y les falta poco para siluetear con tiza el emplazamiento de los cuerpos. Usted ya no está en su casa. Le hacen mil preguntas, mil veces las mismas.
- Y si eres inocente, ¿cuál es el problema?
- Usted no es inocente. Alguien ha muerto en su casa.
- En algún sitio hay que morir".


Extraído de "Ordeno y mando" de "Amélie Nothomb". Ed. Anagrama

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