sábado, 23 de noviembre de 2013

Frankie Rose

Frankie Rose presenta "Herein Wild" su tercer trabajo en solitario, un disco oscuro pero muy agradable, gracias a unas melodías delicadas repletas de matices y a la espectacular voz de Rose.

En conjunto el disco merece una calificación de notable, pero son sobresalientes "Sorrow", "Minor Times", "Street Of Dreams" y "Question/Reason". 

Frankie Rose - Herein Wild (Spotify)
domingo, 17 de noviembre de 2013

Ed Wood Lovers

Discos de Paseo nos ofrece uno de los mejores discos del año en el apartado nacional. Se trata de "Albricias" el nuevo trabajo de Ed Wood Lovers, tras su 7" para la colección "New Adventures in Pop" de Elefant Records en 2.011.

Divertido, entretenido, más que aceptable musicalmente hablando, y, además, de un total de doce canciones convencen un buen puñado: "La novedad", "Héroes", "Estas cosas", "Moto y amor", "Miguel"... Poco más se les puede pedir.

Muy cercanos a Joe Crepúsculo o Los Directivos. Canciones que no tienen explicación.

Ed Wood Lovers - Albricias (Spotify)

martes, 12 de noviembre de 2013

Wallflower



Wallflower - Only In My Dreams (Fastcut Records, 2.013)
domingo, 10 de noviembre de 2013

Canciones Perfectas (XXXIX)


Family - Dame estrellas o limones (Un soplo en el corazón, 1.993)
miércoles, 6 de noviembre de 2013

The Proctors

"Everlasting Light" da título al impecable y sorprendente nuevo álbum que desde West Midlands (U.K.) nos ofrecen The Proctors.

Impecable por su sonido. Sorprendente por sus cálidas melodías, al abandonar la oscuridad de anteriores trabajos para acercarse al pop más luminoso. 

Muchas canciones recuerdan a Northern Portrait; "Into The Sun", "Ember Days" o "Trouble With Forever". Como no podía ser de otro modo, sale a la luz en Shelflife Records.

The Proctors - Everlasting Light (Spotify)
domingo, 3 de noviembre de 2013

Esquirlas

"Algo se mueve en los camiones. Aquí y allá. Nos acercamos más, y más. De cerca, vemos a las personas, todas mujeres, tan apretujadas en la caja de los camiones abiertos que parecen bloques de carne humana, sólidos y uniformes. Las del lado exterior están comprimidas contra la barandilla, inmóviles, con la espalda torcida, los brazos encajonados contra los de sus vecinas, rostros hechos de sufrimiento, ojos hechos de vacío. Oímos lamentos. Aquí y allá. Pero la mayor parte no se lamenta. Están tan apretadas que no hay aire suficiente para respirar y lamentarse. Solo para respirar. Apenas. ¿Esto qué es?, pregunto. Refugiadas de Srebrenica, dice mi madre. Caminamos y caminamos, junto a ellas. Incluso cuando el convoy entero nos ha adelantado y la calle queda vacía, caminamos. Caminamos hacia donde ellas van. Al pabellón deportivo, donde había visto no pocos partidos de baloncesto y torneos de balonmano, combates de boxeo y conciertos con fines benéficos. Ahora no veo el suelo de parquet bajo los miles de mujeres lastimeras que pululan por allí como insectos o permanecen sentadas en colchonetas de yoga y mantas, los rostros entre las manos. Bajamos desde el gallinero hasta la pista, y el lugar es ensordecedor: lamentos, sollozos, sorbetones, gritos, alaridos, crujidos de botellas de agua de plástico, menciones de los nombres de los vivos, menciones de los nombres de los muertos, menciones de los nombres de Dios, gañidos, gemidos, suspiros, golpes de puño contra el suelo, canciones tristes, canciones alegres, maldiciones de madres, juramentos a dioses, narices sonadas, roces de ropa, llantos de niños, nanas arrulladoras, y los sonidos de mi corazón, que atronan dentro de mi cráneo. Mi madre se arrodilla en una manta. La mujer a quien intenta ayudar está roja. Las venas le sobresalen en la frente y el cuello. No puedo mirar. Me vuelvo. Percibo un olor a mierda. Una vieja inválida se agita en una colchoneta, solo agita los brazos. Parapléjica. Incontinente. Pronuncia un nombre masculino. Nadie acude. Alzo la vista. Los apliques de luz del techo, las canastas del pabellón contra un intenso azul, las abrazaderas metálicas plegadas contra él. Nadie anotará una canasta aquí en mucho tiempo."

Extraído de "Esquirlas" de "Ismet Prcic. Ed. Blackie Books