"Terminamos las clases pronto, así que al final Nadine me animó a que me dedicara un rato a la escritura automática. A veces saco ideas para canciones, aunque no me dejan componer las mías hasta que sea mayor, hasta entonces tenemos que seguir el proceso normal: la discográfica alquila unos estudios durante dos semanas y llama a muchos compositores y productores profesionales para que colaboren en el disco. Crear cada canción cuesta más o menos ochenta mil dólares, de la composición a la mezcla y a la masterización, sin contar con el marketing, así que hemos calculado que un disco de doce canciones cuesta casi un millón. Casi todo el dinero se va en marketing. Es mejor tener un disco mal producido con un buen presupuesto para promoción que un producto de lo mejorcito y poca capacidad promocional, con poco músculo."
Extraído de "La canción de amor de Jonny Valentine " de Teddy Wayne. Ed. Blackie Books