El hijo del señor Beneset llega a la residencia geriátrica y saluda a la chica que hay en recepción, una joven amable y sensata que fue, de hecho, quien, cuando buscaba una residencia donde cuidasen al señor Beneset, decantó la balanza e hizo que optara por ésa y no por la otra que también le gustaba, en el Putxet. La chica y el hijo del señor Beneset charlan de cuatro cosas. De cómo va la vida en general, de la Semana Santa que se acerca, del nuevo asfaltado de la calle y de cómo está el señor Beneset últimamente. Cuando ya parece que han hablado bastante rato, el hijo dice "En fin..." y sonríe como diciendo "Es muy interesante la conversación pero tengo que dejarte e ir a la habitación". La chica, que en el fondo está harta de tener que hablar de cuatro tópicos parecidos con cada familiar o amigo de cada residente, pone cara de "Hostia, yo también lo siento mucho, pero hay cosas que son primordiales, y una es visitar al padre".
Extraído de "Mil Cretinos" de Quim Monzó Ed. Anagrama
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