Hace meses un lector de este blog me recomendó que viese Life On Mars. Puesto que mi adicción a las series empieza a ser preocupante y que otra cosa mejor no tenía que hacer decidí hacerme con ella y reservarla para más adelante. El pasado puente del 1 de mayo pensé en darme un atracón de televisión, y qué mejor que hacerlo con una serie fácil de digerir como la británica.
A la serie le da título la preciosa canción de Bowie "Life on Mars?" que suena en el momento justo en el que el inspector jefe de policía Sam Tyler es atropellado en el año 2.006. Tras el accidente nuestro protagonista retrocede en el tiempo hasta 1.973, año en el que va a comenzar su particular pesadilla. Se encuentra en una época distinta, en el mismo departamento de policía pero con otros modos, métodos y costumbres, en las mismas calles donde creció y en las que puede cruzarse en cualquier momento con él mismo o su familia. Sam cree permanecer en coma y que su trabajo en las calles del Londres de 1.973 podrá despertarle del mismo. Pero puede ser que realmente nunca viajase en el tiempo. Esa es la gran duda que se plantea en la primera temporada.
Sinceramente, la historia del coma está cogida por pinzas, pero la serie entretiene, y al ser tan corta (16 episodios en dos temporadas) hace que merezca la pena echarle un ojo y así poder huir de la lamentable parrilla de televisión de este jodido país.
A la serie le da título la preciosa canción de Bowie "Life on Mars?" que suena en el momento justo en el que el inspector jefe de policía Sam Tyler es atropellado en el año 2.006. Tras el accidente nuestro protagonista retrocede en el tiempo hasta 1.973, año en el que va a comenzar su particular pesadilla. Se encuentra en una época distinta, en el mismo departamento de policía pero con otros modos, métodos y costumbres, en las mismas calles donde creció y en las que puede cruzarse en cualquier momento con él mismo o su familia. Sam cree permanecer en coma y que su trabajo en las calles del Londres de 1.973 podrá despertarle del mismo. Pero puede ser que realmente nunca viajase en el tiempo. Esa es la gran duda que se plantea en la primera temporada.
Sinceramente, la historia del coma está cogida por pinzas, pero la serie entretiene, y al ser tan corta (16 episodios en dos temporadas) hace que merezca la pena echarle un ojo y así poder huir de la lamentable parrilla de televisión de este jodido país.
4 comentarios:
Diría que el que te la recomendó fui yo. Me alegro de que la hays visto.
Aún así mejor que Gene Hunt no lea tu crítica... en ese caso eres poco más que hombre muerto :p
Cualquier otra recomendación házmelo saber. Se agradece.
Un saludo
En español???
Sip, en español.
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