"Algunos de los hombres regresaron al valle con esposas europeas. La gente del pueblo no quiso relacionarse con esas parejas, por lo que todas se reunieron y se trasladaron a la capital. El predicador dijo por la radio que era un alivio haberse librado de ellos, y que no quería que la buena sangre americana del valle perdiera su pureza. Eso hizo que muchos volvieran a su lado, y pronto la lista de feligreses volvió a estar llena y siguió aumentando. Algunos que se reunían en el vestíbulo de la iglesia organizaron una asociación para mantener pura la sangre del valle, cristiana y libre de sangre pagana que pudiera echarla a perder y ocasionar su condenación. No todos los habitantes del pueblo se unieron a ese grupo, pero sus miembros fueron muy numerosos. Se reunieron una vez a la semana durante algún tiempo, hasta que todos los soldados supervivientes regresaron a casa y ya no hubo necesidad de aquella vigilancia".
Extraído de " La Biblia de Neón" de "John Kennedy Toole". Ed. Anagrama
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