"- Eugene, igual que Richie, usó de abanico la invitación.
- Paso. ¿No quieres ir la semana que viene? Actýa Tooky -dijo Richie.
- Tooky no sabe tocar una mierda -dijo Eugene.
- ¡Jódete, cabrón! -Tommy Tooky era el primo de Richie-. Tooky te soplará el culo el día que quieras, tío.
Eugene acababa de empezar a tomar lecciones de saxo.
- ¡Gran cosa! Si yo llevara tanto tiempo como él, tocaría en el Duke todas las semanas.
- Me tocarías la salchicha todas las semanas.
- Yo soplo el saxo, no el mirlitón.
- ¡Eeeh! ¡Buuu! -vitorearon una docena de habituales de Big Playground, que se habían acercado presintiendo que se avecinaba una buena pelea.
- ¡Y tu mamá sopla la tuba!
- ¡Uauuu! ¡Sííí!
- ¡Y la tuya se la sopla al director de la banda!
Los habituales, alrededor del banco y detrás de la reja metálica, chillaban y se desternillaban como un coro pasado de vueltas.
- ¡Ajá! ¡Jaaa!
- Tu madre fue al circo y le pasó ladillas a un elefante moribundo.
Eugene, con los colores subidos y tenso, estaba sentado en el borde del banco. Richie estaba de pie.
- El elefante agonizaba después de lamérselo a tu abuela.
- Me caso el próximo viernes -dijo Buddy, más para sí mismo que para los otros.
- Tu mamá se come las barritas de chocolate negro de dos en dos y luego se traga la leche.
- Hicieron un anuncio sobre tu madre: ¡No hay polvo que se le resista!
- ¡Yujuu! ¡Uaau!
- ¿Ah, sí? Pues hicieron uno con la tuya que...
- ¡Escuchadme, coño! -Buddy se puso de pie sobre el banco y le dio una patada a la verja-. Me caso el próximo puto viernes, ¡joder! ¡Estáis sordos?"
Extraído de "The Wanderers. Las pandillas del Bronx" de Richard Price. Ed. Roja & Negra
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