"Lie to me" es otra de las grandes decepciones del mundo de la televisión, y es que después de disfrutar con series tan grandes como Lost, Los Soprano, The Wire, Mad Men o Nurse Jackie el listón está puesto a tal nivel que es muy difícil quedar satisfecho con una serie mediocre, a pesar de tener un argumento potencialmente extraordinario; la psicología aplicada.
La historia va de mentiras, hábito normal en cualquier mortal, en concreto, de descubrir quién miente. Para ello el doctor Cal Lightman capitanea a un equipo capaz de interpretar el lenguaje corporal, expresiones, gestos y emociones del ser humano. Este gabinete presta sus servicios a particulares, empresas y cuerpos de seguridad. He aquí uno de los principales errores de esta serie y que a los productores y guionistas americanos no acaba de entrarles en la cabeza: Que aparezca en su trama el FBI o la CIA es un indicador bastante rotundo de fracaso.
Por otro lado una serie debe estar dotada de cierto rigor y verosimilitud con el mundo real. En uno de los capítulos el doctor Lightman da una conferencia a expertos en inteligencia. En su presentación argumenta la universalidad de las expresiones y emociones con fotografías de terroristas a punto de cometer un atentado. Uno de ellos es un "independentista vasco con varios kilos de explosivos pegados a su pecho a punto de subirse a un autobús". Supongo que todavía sigue en nómina aquel guionista de MacGyver que piensa que España limita al norte con Surinam y al sur con la Guayana Francesa y que los abertzales se inmolan y secuestran a terroristas norteamericanos.
Otro indicativo de que haya que perder poco tiempo en esta serie, además de que actualmente sea emitida por Antena 3, es que no hay una trama paralela que implique a sus personajes. Los episodios se limitan a resolver un par de casos simultáneamente, predecibles en el noventa por ciento de los casos, y poco más. También la interpretación de Tim Roth deja mucho de desear, desde Reservoir Dogs poco o nada destacable. Le daremos la misma calificación que a Fringe: un cinco raspado, entretiene y punto.
La historia va de mentiras, hábito normal en cualquier mortal, en concreto, de descubrir quién miente. Para ello el doctor Cal Lightman capitanea a un equipo capaz de interpretar el lenguaje corporal, expresiones, gestos y emociones del ser humano. Este gabinete presta sus servicios a particulares, empresas y cuerpos de seguridad. He aquí uno de los principales errores de esta serie y que a los productores y guionistas americanos no acaba de entrarles en la cabeza: Que aparezca en su trama el FBI o la CIA es un indicador bastante rotundo de fracaso.
Por otro lado una serie debe estar dotada de cierto rigor y verosimilitud con el mundo real. En uno de los capítulos el doctor Lightman da una conferencia a expertos en inteligencia. En su presentación argumenta la universalidad de las expresiones y emociones con fotografías de terroristas a punto de cometer un atentado. Uno de ellos es un "independentista vasco con varios kilos de explosivos pegados a su pecho a punto de subirse a un autobús". Supongo que todavía sigue en nómina aquel guionista de MacGyver que piensa que España limita al norte con Surinam y al sur con la Guayana Francesa y que los abertzales se inmolan y secuestran a terroristas norteamericanos.
Otro indicativo de que haya que perder poco tiempo en esta serie, además de que actualmente sea emitida por Antena 3, es que no hay una trama paralela que implique a sus personajes. Los episodios se limitan a resolver un par de casos simultáneamente, predecibles en el noventa por ciento de los casos, y poco más. También la interpretación de Tim Roth deja mucho de desear, desde Reservoir Dogs poco o nada destacable. Le daremos la misma calificación que a Fringe: un cinco raspado, entretiene y punto.
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