miércoles, 27 de octubre de 2010

Principiantes

"El peluquero me hizo girar en la silla para que me mirase al espejo. Me puso las manos a ambos lados de la cabeza, y me movió por última vez. Bajó la cabeza hasta ponerla al lado de la mía, y los dos miramos en el espejo juntos, mientras seguía rodeándome la cabeza con las manos. Me miré, y él también me miró. Pero si vio algo, no hizo ninguna pregunta ni ningún comentario. Y entonces se puso a pasarme los dedos por el pelo despacio, de un lado a otro, como si estuviera pensando en otra cosa mientras lo hacía. Me pasó los dedos por el pelo tan íntima, tan tiernamente como lo hubiera hecho una amante.
Fue en Crescent City, California, cerca de la frontera con Oregón. Me fui poco después. Pero hoy he estado pensando en ese lugar, Crescent City, en cómo estaba tratando de rehacer allí mi vida con mi mujer, y cómo ya entonces, en el sillón de la peluquería aquella mañana, había tomado la decisión de marcharme y no mirar atrás. He recordado la calma que sentí cuando cerré los ojos y dejé que los dedos se deslizaran entre mi pelo, y la tristeza de aquellos dedos, mientras el pelo me empezaba ya a crecer de nuevo."

Extraído de "Principiantes" de Raymond Carver. Ed. Anagrama

0 comentarios:

Publicar un comentario