HBO dio carta blanca al creador de Deadwood David Milch para llevar a cabo su nuevo proyecto televisivo Luck, una serie ambientada en las carreras de caballos, los hipódromos y el juego. El resultado es una serie magnífica, tremendamente adictiva y, como sus predecesoras The Wire y Treme, realista y muy crítica con otra triste realidad de la sociedad estadounidense.
La acción se concentra en el hipódromo Santa Anita Park. Es allí donde se conectarán, directa o indirectamente, las vidas de un tremendo elenco de personajes, comandado por "Ace" Bernstein, interpretado magistralmente por Dustin Hoffman.
"Ace" es un importante mafioso que acaba de obtener la libertad condicional tras tres años en la cárcel. A través de su mano derecha, amigo y chófer Gus Demitriou (Dennis Farina) volverá a introducirse en los negocios. Turo Escalante es uno de los mejores entrenadores de caballos de la actualidad, al mismo tiempo que un personaje detestable que no puede olvidar por mucho que quiera su humilde origen latino. Marcus Becker, Lonnie McHinery, Jerry Boyle y Renzo Calagari son cuatro perdedores que de la noche a la mañana se convertirán en ganadores y propietarios de "Mon Gateau" uno de los mejores caballos del hipódromo. Cuatro tristes vidas que varios miles de dólares no conseguirán mejorar. Joey Rathburn es otra de esas personas que en la vida apostó por el rojo y salió negro. Agente venido a menos de jockeys lucha diariamente por ser respetado. Rosie Shanahan, Ronnie Jenkins y Leon Micheaux se disputan montar el mejor caballo, el cual probablemente sea "Gettin' Up Morning" cuyo propietario es Walter Smith (Nick Nolte).
Luck estaba llamada a estar entre las diez primeras mejores producciones de todos los tiempos. Desgraciadamente la muerte de tres caballos durante el rodaje de la segunda temporada hizo a HBO suspender definitivamente la serie. Nos quedamos pues sin conocer los éxitos, fracasos y miserias de estos personajes, ya que tras los nueve capítulos de la primera y única temporada, la trama queda totalmente abierta. Una auténtica pena.
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